Cuando Alguien Muere...

  

   Hace algún tiempo perdí a mi abuelo paterno, él no estaba tan viejito como me hubiese gustado verlo pero tuve la dicha de conocerlo, unos años después perdí a uno de mis hermanos mayores que para mí era más que un hermano. el sentimiento que experimente en cada perdida fue diferente, una mucho mas intensa que la otra y la manera en la que la padecimos cada uno de mis familiares también fue diferente.

  Todos manejamos ese sentimiento de tristeza y dolor de una manera diferente, recuerdo que cuando mi hermano murió mi mama no paraba nunca de hablar de él mientras que yo no quería recordar el hecho de que ya no estaba con nosotros.

  Por lo general cuando pasas por una perdida cercana tiendes a buscar culpables o sentirte culpable por no haber podido hacer mas, por no dedicar mas tiempo, por haber podido evitar o incluso puedes sentirte culpable de la misma muerte de ese ser querido. Aunque no lo creas esto es completamente normal y aunque nadie lo diga, todos llegamos a sentirnos de esta manera.

   Muchos también llegan a sentir rabia contra Dios y algunos hasta dejan de creer en él por no soportar que se haya llevado a esa persona tan especial. La intensidad de la emoción es algo difícil de soportar y manejar y pasan millones de cosas por tu cabeza, muchas veces se tienen cambios de humor o llantos fáciles e inesperados.

 No puedo decirte que sigas ciertos pasos y vas a sentirte mejor porque difícilmente llegues a sentirte mejor de la noche a la mañana, sólo puedo decirte que llores todo lo que quieras, llevas un gran dolor por dentro y no puedes guardarlo, llora desahógate, con el pasar de los años no llegaras a olvidar a esa persona ni a sentirte mejor por esa perdida, solo aprendes a vivir con ese vacío, con ese sentimiento, con el saber que ya no está, jamas se olvida, jamas pasa, pero si vuelves a sonreír, ya aprendes a controlar esa emoción y te adaptas a él. 

  Se que no hay palabras de consuelo, que nada de lo que te digan en ese momento te hará sentir mejor, por eso sólo te digo, llora, es lo único que reconfortara tu alma.